brillantes de nuestro tiempo estan ocupadas en frivolidades. Esto es algo
similar. Me imagino cientos de artesanos haciendo muñequitos de cuentas que
solo sirven para que alguien los compre por docena para regalar a la vuelta
del viaje. A nadie le gustan, a nadie le importan, pero son necesarios,
aunque el receptor del regalo los guarde en un cajon o directamente los
tire.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario