Entre 1949 y 1984 Edward James (supuesto hijo ilegítimo de Eduardo VII, cuestionable poeta y millonario mecenas del surrealismo) construyó un jardín surrealista en la huasteca potosina. Basado sólo en sus dibujos y llevado a cabo por docenas de artesanos locales creó una selva que no muere donde las escaleras no llevan a ninguna parte y las puertas no esconden nada. Caminar por Las Pozas es sentirse dentro de un cuadro de Escher.
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