La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a una charla que Philippe Starck dio para un gurpo de gerentes del grupo para el que trabajo.
Lo primero que me llamó la atención es ver a Starck, conocido por sus diseños (casi siempre) despojados hablando en el recargado Hotel St. Regis en Firenze.
Starck es un tipo interesante. Antes de esta charla, tenía la duda de si era un farsante o no (a esta altura, los rock stars del diseño son una marca apoyada por decenas de diseñadores que producen para ellos). Todavía no tengo la respuesta, pero me gustó que el tipo pareciera más preocupado por pensar por qué se diseña que por crear cosas. De hecho, habló de algunos de sus proyectos (por ejemplo el gigantesco yate completamente blanco para un multimillonario de las computadoras recientemente fallecido "al que no puedo nombrar" y mostró su spray para estar sobrio inmediatamente luego de beber alcohol, llamado WA HH) pero le dedicó mucho más tiempo a hablar de por qué ya no le atrae diseñar. y ésta es la parte interesante.
Comenzó hablando de el poder y la materialidad. Hace años los computadores tenían un poder limitado y ocupaban un edificio. Con el paso del tiempo la capacidad de cálculo fue aumentando y la materialidad fue disminuyendo hasta transformarse en pequeñísimos aparatos que contienen miles de veces el poder de procesamiento del computador del Apolo XI.
El paso siguiente, según Starck, es la desmaterialización. Como prueba, mostró un reloj cuyos LED's brillan directamente a través de la piel.
Siguiendo con esta lógica, el tema siguiente fue la sustentabilidad. La posición de PS es que, no importa lo que hagamos, el exceso de materialidad siempre va a afectar al planeta, por lo que, la única forma de solucionar los problemas de polución es produciendo menos. Y cuál es la forma de producir menos y no degradar nuestra calidad de vida? Timeless design. Volver a producir cosas de buena calidad, que puedan ser usadas mucho tiempo e, inclusive, traspasadas de generación en generación, para no tener que reemplazarlas permanentemente. Interesante. Tal vez el final de la posmodernidad esté en la frugalidad de nuestros abuelos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario